CORE SKILLS: LAS HABILIDADES ESENCIALES PARA EL SIGLO XXI

Este post lo escribe Karina Pérez, directora asociada de Robert Half, empresa especializada en reclutamiento y selección de personal, y experta en consultorías en cambio organizacional, procesos de negocio y otras diversas temáticas laborales.

En esta ocasión nos habla sobre las 6 características esenciales para el mercado laboral del siglo XXIalgo que sin duda está en constante cambio y evolución.

Durante la última década, las llamadas habilidades blandas se instalaron como aquellas relacionadas con la comunicación y el ámbito social, siendo complementarias a las competencias técnicas propias de cada profesión. Así como el aumento de mujeres en el mundo laboral, estas habilidades han ido adquiriendo más relevancia, en la medida en que los equipos de trabajo se han tornado más diversos y multidisciplinarios.

En la actualidad, vemos cómo se ha instalado la definición de “core skills” para describir un conjunto de características que se consideran básicas para el mercado laboral del siglo XXI. De este modo, estas “habilidades fundamentales” están relacionadas con un contexto social y económico marcado por la digitalización, la globalización del mercado laboral y la transformación de los entornos de trabajo.

El pensamiento crítico, la creatividad, la flexibilidad, el autoaprendizaje, el trabajo colaborativo y la comunicación, se encuentran en este grupo de habilidades que son deseables en los profesionales de hoy y del mañana. Por supuesto, habrá aproximaciones que incluyan más o las denominan de diferente modo, pero me parece que las señaladas representan las más relevantes.

Pero más allá de las definiciones teóricas, ¿a qué se refieren las cada vez más famosas “core skills”?

Corresponden a aquellas habilidades que se consideran clave para desempeñarse en un nuevo contexto laboral, marcado por la digitalización, la globalización y cambios profundos en los tipos de trabajos y formas de trabajar.

El pensamiento crítico tiene relación con el promover el pensamiento autodirigido que produce ideas nuevas e innovadoras y resuelve problemas; así como reflexionar críticamente sobre experiencias y procesos de aprendizaje y toma de decisiones efectivas.

Por su parte, la creatividad aplicada al mundo laboral tiene que ver con buscar nuevas formas de hacer las cosas y encontrar soluciones no tradicionales a los desafíos. La creatividad es la base de la innovación y se encadena al pensamiento crítico.

En cuanto a la flexibilidad, nos referimos a la capacidad para adaptarnos a los cambios, que son y seguirán siendo una característica básica del entorno. Estar en condiciones de asumir funciones distintas a las habituales, interactuar con profesionales de distintas áreas y en ambientes multiculturales, es fundamental en el siglo XXI.

El autoaprendizaje en tanto, tiene que ver con el desafío personal de incorporar nuevos conocimientos y competencias, precisamente para responder a los requerimientos del mercado laboral dinámico que tenemos hoy en día. Es muy relevante porque debemos considerar que el sistema tradicional de formación no responde con la misma rapidez con que se dan los cambios. Por lo tanto, la capacidad para formarse por cuenta propia, aprovechando los recursos disponibles en la red, nos pone en una situación de ventaja y nos posiciona mejor frente a los requerimientos del mercado. Me atrevería a decir que hoy no hay ninguna materia que no se pueda aprender a través de Internet. Hay manuales, tutoriales, textos y cursos, de prácticamente todo. Ya no se trata de tener diplomas o grados, sino de tener conocimientos, hay que responder a una sencilla pregunta ¿qué sabemos hacer?.

Respecto al trabajo colaborativo, esta competencia es básica en entornos laborales que son cada vez más diversos. Además, implican el desafío de compartir conocimiento y, a la vez, aprender de otros para llegar a soluciones innovadoras. Es una habilidad muy relacionada con las anteriores porque implica llevar el tradicional “trabajo en equipo”, varios escalones más arriba. Cada vez será menos frecuente el trabajar aislados, sin interactuar o relacionarse con otros. La interdependencia y la colaboración son parte de este nuevo mercado laboral.

Finalmente, tenemos las capacidades comunicativas, que hoy no se restringen solo a habilidades sociales que apuntan a mejorar las relaciones interpersonales, lo cual ciertamente es muy valioso.  En el actual contexto, se requiere de profesionales capaces de expresar con claridad sus ideas, de escuchar activamente y de contribuir en los equipos de trabajo para el logro de los objetivos, a través de la discusión, el debate o brainstorming, por ejemplo.

En conclusión, las que alguna vez fueron llamadas “habilidades blandas” o “Core skills”, hoy son consideradas “fundamentales”.

Por lo tanto, trabajar en desarrollarlas y potenciarlas es un desafío no solo para los candidatos, sino también para quienes dirigen y gestionan el talento en las organizaciones.

Este conjunto de habilidades han adquirido una relevancia enorme porque involucra más la actitud y en el entendido de que las habilidades técnicas se pueden aprender con mayor facilidad que lo que toma el desarrollar las llamadas “core skills”.

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